además de más cosas.
Como tu lengua que raspa,
o tus pies y manos con uñas que hacen sangre
dejando una cicatriz enrojecida
que escuece por tres días.
Yo ya no te hago caso,
pero siempre que vuelves a mi casa
me haces gracia.
Y no me mal interpretes:
Me alegras el alma,
gato.
2 comentarios:
Y qué pasará el día que el gato deje de ir a tu casa?
pues el día que el gato deje de aparecer, lo buscarás, lo buscarás, lo buscarás.
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